Es un hotel bonito, pequeño, sencillo y muy cómodo en donde Fabio y Michele están al pendiente de todos los detalles y te hacen sentir como si estuvieras en tu casa. Lo recomiendo al 100%.
Muy amables todos los que ahí trabajan.
Está muy bien ubicado, muy cerca de El Vaticano y del Castello de San Angello. A casi todo lo demás se puede llegar caminando y para El Coliseo, el autobús pasa justo enfrente del hotel. El vecindario es muy bonito, muy seguro y con muchas tiendas, restaurantes farmacias y supermercados.