Todo ha sido perfecto, los desayunos increibles, la cama muy comoda, el baño "great", pero quiero remarcar dos cosas de mi estancia, la primera la amabilidad y hospitalidad de Wimmo, y lo segundo, "el silencio", descansar en el silencio sin ruidos, sin nada que moleste el descanso, hacia mucho tiempo que no estaba en un lugar en el que escuchara el "silencio" y conseguirlo en la bulliciosa Amsterdam, es to un lujo. Seguro que volveremos.