Este hotel es el lugar perfecto para pasar un fin de semana romántico. La atmósfera tranquila y acogedora invita a relajarse por completo, mientras que su ubicación es inmejorable: a pocos pasos se encuentra la clínica donde atiende un dentista ruso, además de un supermercado HEB muy conveniente. Uno de los grandes atractivos es el baño japonés (onsen), abierto todos los días de 5:00 p.m. a 12:00 a.m., y también por las mañanas los fines de semana, ideal para descansar el cuerpo y la mente.
El desayuno realmente nos sorprendió: una auténtica abundancia de opciones, incluyendo sushi fresco, tempura, ensaladas variadas y otros platillos tradicionales japoneses. Cada mañana era una experiencia deliciosa y diferente.
Al llegar, recibimos un upgrade de habitación sin costo adicional, lo cual fue un detalle encantador. La habitación era amplia, equipada con una bañera, algo que es bastante raro de encontrar en este país, y contaba también con una cafetera propia, lo que hizo nuestras mañanas aún más agradables.
Otro punto a favor es que el restaurante del hotel ofrece un 20% de descuento en las cenas para los huéspedes, lo que nos permitió disfrutar de excelentes comidas a un precio especial. Todo el personal fue siempre amable, atento y dispuesto a ayudarnos en lo que necesitáramos. Sin duda, es un lugar al que queremos regresar y que recomendamos para quienes buscan un fin de semana especial y tranquilo.